La siguiente ocupación que nos aparece en este término municipal son los asentamientos de la época ibérica, con yacimientos tanto en Pozohondo como en las dos Navas y los Pocicos, estando el principal yacimiento en la zona conocida como “Las Peñicas”, lugar donde en los años 60 del siglo pasado, se encontró una cabeza antropomorma con rasgos de mujer y que está realizada en piedra, la cual presenta los rasgos típicos de este arte y que hoy día la podemos encontrar expuesta en el Museo Provincial de Albacete.
Igualmente, se han localizado elementos cerámicos y un pequeño silbato con forma de ciervo realizado en cerámica cocida y que junto con otros materiales se encuentran en el citado museo.
Este tipo de yacimientos se sitúan sobre el siglo VI al III antes de Cristo, y a diferencia de los anteriores, estos ya ocupan grandes extensiones de terreno, con fuertes construcciones y recintos amurallados. Son los primeros pobladores en establecer ciudades como tales formando cuadriculas en manzanas o barriadas, son ya, viviendas de más de una habitación y que pueden llegar a más de 200 m2.
Las murallas estarían formadas por bloques ciclópeos y sistemas de bastiones, ya conocerían el torno alfarero por lo que sus elementos cerámicos son de gran calidad con decoraciones diversas. También presentan elementos de metal de mayor calidad, siendo su principal exponente la panoplia guerrera, con la falcata, espada corta de gran capacidad destructiva y que gracias a su doble corte, hizo cambiar las armaduras de las legiones romanas.
Se utiliza en enterramiento por cremación, guardando los huesos restantes y las cenizas en contenedores cerámicos y edificando en algunos casos, monumentos funerarios de calidad como el túmulo de Pozo Moro en Chinchilla de Montearagón, y cuya replica podemos ver hoy día en el mirador de dicha localidad.